Al navegante que no sabe a dónde va, ningún viento le es favorable

Es una frase hecha que entraña mucha verdad, y de esto el coaching sabe mucho, por este motivo, el primer paso a dar en un proceso de coaching es determinar cuál es el objetivo. No siempre es fácil, hay quienes lo tienen muy claro, y por el contrario, a quienes les cuesta definirlo y ponerlo en palabras. Para saber que estamos concretando nuestro propósito de forma adecuada para empezar bien debemos tener en cuenta los siguientes requisitos:

•         Expresado en forma positiva. Redactarlo de manera positiva, definiendo lo que sí queremos y evitando mencionar de lo que queremos alejarnos.

•         Medible. ¿Cómo te vas a dar cuenta de que lo has conseguido? Debemos poder medirlo con parámetros objetivos, para ir valorando nuestro progreso.

•         Situado en el contexto y especificado. ¿Cuándo, dónde y con quién lo quieres? Es importante ponerle fecha al comienzo de empezar como indicar cuándo queremos lograrlo. También identificar quien o quienes participan en la consecución del propósito y dónde se va a desarrollar.

•         Iniciado y mantenido por el sujeto. ¿Qué necesitas para lograrlo? ¿Qué te lo impide? Debemos responsabilizarnos de objetivos que dependan directamente de nosotros mismos para asegurarnos que se cumplen.

•         Ecológico. Que sea coherente con tu vida. Querer lograr un objetivo no debe destruir otros apartados de nuestra vida, debe ser coherente con el resto, siempre y cuando queramos conservar nuestra vida como la tenemos.

•         Realista. A pesar de que somos libres de soñar, no debemos frustrarnos por no poder cumplir deseos imposibles. Tener los pies en el suelo nos va a facilitar lograr cumplir nuestros sueños.

Si mantenemos estas seis condiciones a la hora de valorar nuestro camino, nos será muchos más sencillo poner rumbo y llegar a buen puerto con nuestro objetivo. El coaching telefónico y on line nos puede ayudar de forma fácil y rápida a llegar donde nos proponemos.