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El placer de hacer deporte

28-02-2017
El placer de hacer deporte

Los beneficios psicológicos del ejercicio han sido estudiados en multitud de investigaciones con similares conclusiones.  Es todo un hecho, que las actividades físicas y el deporte modifican los estados emocionales, además de determinados comportamientos y capacidades mentales.

Se ha descubierto cómo la actividad física puede llegar a remitir la sintomatología tanto ansiosa como depresiva, por lo que puede constituir un tratamiento alternativo o complementario de la terapia farmacológica, facilitando su efecto.

La participación en una actividad física determinada, permite una mejora del autoconcepto y favorece el establecimiento de una autoestima más sólida y  un mejor manejo de las emociones. En definitiva, ofrece una mejor calidad de vida. Por lo tanto, es menos frecuente encontrar indicios de problemas psicológicos y psiquiátricos en personas que mantienen un estilo de vida activo.

Es fundamental subrayar la importancia de realizar ejercicio físico regular (al menos dos veces por semana), acorde a nuestras condiciones físicas y  durante 30 minutos para  obtener los cambios descritos.

Sin embargo ¿A qué se debe esta mejora a nivel conductual, emocional y cognitivo?

Todos estos cambios se producen gracias a mecanismos fisiológicos, es decir, gracias a la acción de mecanismos corporales y físicos que hacen que nos sintamos mejor.

Se sabe que la actividad física es un gran aliado de los procesos cerebrales, ya que puede estimular algunos componentes celulares. Esto quiere decir que al practicar deporte se modifica el funcionamiento de las neuronas cerebrales, de forma que éstas liberan sustancias beneficiosas para nosotros tales como las endorfinas, serotonina y testosterona.

Las endorfinas hacen que tengamos un umbral del dolor más alto, esto significa que vamos a sentir menor dolor a nivel físico, provocando por consiguiente, un estado de bienestar.

Por otro lado, la serotonina es un neurotransmisor (sustancia que viaja de neurona en neurona) que regula funciones como el sueño, el estado de ánimo, el apetito y deseo sexual de una manera positiva.

Finalmente, la testosterona produce un aumento en los niveles de  autoconfianza. Esto provoca que las interacciones sociales se tornen menos estresantes.

Otra de las cuestiones recientemente descubiertas, es que el cerebro tiene lo que se denomina plasticidad nueronal. La plasticidad es la capacidad de las neuronas de regenerarse y modificar su estructura. La actividad física  contribuye a que el cerebro sea más plástico ¿Cómo? Cuando hacemos deporte secretamos un tipo de proteína (factor neurotrófico cerebral) que actúa como un factor de crecimiento del nervio que mejora la supervivencia de las neuronas.

 

De esta manera, la actividad proporciona un papel preventivo para enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson y el tratamiento de la depresión, ya que esta última afección se caracteriza por niveles bajos de dicha proteína.

 

Además, hacer deporte aumenta la actividad del lóbulo frontal. Se trata de la parte anterior del  cerebro encargada del control de impulsos, toma de decisiones y procesos cognitivos complejos entre otras cuestiones. De esta forma, además de todo lo anteriormente expuesto, disminuye el impulso agresivo, las conductas antisociales y aumenta el autocontrol  gracias  a la activación de nuestra parte más racional. Finalmente, cabe mencionar que  mejora la fluidez de la  memoria de trabajo, que nos permite asimilar y retener información de manera inmediata.