El aceite de palma es un aceite de origen vegetal que se obtiene a partir de los frutos de la palma africana Sus frutos de color rojizo contienen en su interior una semilla de la cual se extrae el aceite.
Debemos saber que hay una enorme diferencia entre el aceite de palma refinado y el aceite de palma sin refinar.
El aceite de palma sin refinar o aceite de palma rojo es un potente antioxidante, contiene diez veces más beta-caroteno que las zanahorias y es muy rico en vitamina E. Presenta mejor estabilidad en caliente que otros aceites y no contiene ácidos grasos trans o colesterol.
Así, algunos de sus beneficios son:
-Mejora la circulación sanguínea.
-Mejora la absorción de vitaminas y nivel de minerales.
-Favorece el sistema inmune, respiratorio y hepático.
-Fortalece el sistema óseo.
-Favorece la salud ocular.
-Detiene el envejecimiento prematuro.
Por el contrario, el aceite de palma refinado dice adiós a todos estos beneficios. Es uno de los aceites más utilizados del mundo, ya que es muy barato y consigue una textura magnífica en productos alimenticios. Al estar en parte oxidado en lugar de en su estado fresco, parece ser responsable de los riesgos asociados a su consumo, como son el aumento de colesterol LDL, contribuyendo al desarrollo de problemas cardiovascular.
Es muy habitual encontrarlo en una amplia variedad de productos alimenticios, desde galletas, pasteles, pizzas precocinadas, cremas de cacao o aperitivos salados, así que desde un punto de vista nutricional no es una opción muy saludable.
Para que en realidad el aceite de palma pueda ser perjudicial para nuestra salud deberíamos consumir productos alimenticios elaborados con él cada día. Si no deseas seguir consumiéndolos, una buena opción es fijarte en el etiquetado de los productos que adquieras a partir de ahora, y analizar si en él se encuentra el aceite de palma, aunque en algunas etiquetas aparece como aceite vegetal o grasa vegetal y ÉSTO ES ALGO QUE DEBE CAMBIAR.