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¡Mariner@, hazte a la mar!

27-04-2018
¡Mariner@, hazte a la mar!

Y la primera pregunta que nos hacemos es, ¿llevamos lo necesario para navegar por el mar abierto?

Debemos pensar en qué debemos llevar puesto, y no físicamente sino internamente. Entonces, ¿qué llevamos puesto? podemos pensar en nuestras habilidades, capacidades, "dones", aptitud, actitud y, también, valores.

Para ello hay que hacer un ejercicio de imaginación, visualizando todo lo que llevamos internamente físicamente en nuestro cuerpo (incluso nuestra misma piel puede formar parte de nuestro yo esencial)

De esta forma, podemos creer que vamos vestido con lo que nos identifica e incluso (re)adaptarlo según la situación en la que nos encontremos, de la cabeza a los pies:

Mis zapatos son...

Mis calcetines/medias son...

Mi ropa interior es...

...

O incluso, podemos utilizar objetos cotidianos y que nos acompañan a lo largo del día: bolso, cartera, móvil, llaves...

Y cuanto más presente lo tengamos, más conscientes seremos de nuestra parte más profunda. ¿quizás llevando puesto conscientemente "el inconsciente"? aunque desde luego no será fácil (pero al mismo tiempo muy liberador).

Así entonces ya subimos a la embarcación, dispuestos a enfrentarnos al mar, a sus circunstancias y a grandes retos.

“Confía en tu instinto, brav@ mariner@, porque has decidido embarcarte en este viaje, aún conociendo los obstáculos que se alzan en tu travesía y sin esperar impacientemente recompensas en cada puerto.

Soportará tu velero grandes tormentas, huracanes, maremotos y remolinos, tal como tu corazón siente y asiente en cada instante. Pero también la luz será compañera, aunque a veces te toque tímidamente u otras te queme intensamente.

La vida, es aventura y viaje de tu alma. Recoge el ancla sin ansia, pero tampoco sin demora. Ya estás embarcad@. Puede que te confíes de los mapas que escondes en tus ropajes, o tatuados en tu propio cuerpo, pero jamás olvides llevar más papel y tinta porque debes dibujar nuevas cartas de navegación a medida que alcanzas la zona no antes explorada.

Y si visualizas niebla acercándose a tu navío, no intentes rodearla, cruza con los ojos cerrados, las manos abiertas y con el cuerpo relajado y la mente callada. Ya llegará el momento de estar en alerta, y cuando sea, bien sabrás como responder y actuar ante las pruebas que te aguardan”.

Ignacio Corrales Izquierdo en CoachYa
Autor/a del post

Ignacio Corrales Izquierdo

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